El estado impropio de Artur Mas

El estado impropio de Artur Mas

En estas horas previas a la celebración de las elecciones autonómicas de Cataluña 2012, chirrían varias afirmaciones del candidato Artur Mas por su dudosa veracidad o por el improbable cumplimiento. Los nacionalistas vienen tejiendo su discurso sobre premisas falsas, cuyo objetivo es abrir una brecha de separación. En esta campaña electoral, estos son algunos ejemplos.
“Hemos sido los abanderados de la construcción de la España democrática, pero no hemos sido correspondidos”. Muy al contrario, la realidad es que CiU nunca ha accedido a participar en el gobierno de España, pese a que los distintos gobiernos del PSOE y del PP lo ofrecieron. Siempre optaron por mantener un acuerdo de apoyo a los Presupuestos Generales del Estado, cuyo motivo era garantizarse ventajas económicas.
“Cataluña, Estado propio dentro de la Unión Europea”. Se trata de la declaración sobre la que ha girado toda su campaña electoral y por la que Artur Mas disolvió el Parlamento de Cataluña para convocar nuevas elecciones. Sin embargo, tanto Jose Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión Europea, como Viviane Reding, vicepresidenta, pasando por los dictámenes a partir del artículo 4.2 del Tratado de la UE, concluyen que Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea en caso de secesión.
“Una Cataluña con Estado propio será más rica”. Artur Mas hace esta afirmación sin considerar que a Cataluña le faltaría el mercado del resto de España, del que viven mayoritariamente sus empresas. Muchos productos alimenticios, textiles, farmacéuticos, editoriales o audiovisuales, además de los servicios financieros, como La Caixa, tienen su mercado en el conjunto de España, sólo y exclusivamente por ser parte de entramado económico del país.
“Cataluña exportaría al mundo lo que dejaría de vender en España”. Al margen del impedimento que supone la crisis existente, una Cataluña fuera de la Unión sería muy poco competitiva en Europa. Sus empresas no se beneficiarían de los grandes contratos de infraestructuras y explotaciones de recursos naturales en América o en Oriente Próximo, ya que se consiguen a partir de los vínculos políticos del Reino de España.
“Mantendríamos unas excelentes relaciones como vecinos de España”. Si CiU ha alentado  en estos últimos 35 años un conflicto constante frente al Estado, es difícil sostener que con el Estado propio se acabaría la rabia. Muy al contrario, sus injerencias en el exterior se centrarían en desestabilizar a España utilizando la cuestión lingüística en las Islas Baleares, la Comunidad Valenciana e, incluso, en Aragón. Desde la Diada 2012, los nacionalistas han ocultado su reivindicación de construir los Països Catalans para evitar una oposición añadida a su propósito de separación. Pero desempolvaría el proyecto al día siguiente de la secesión o en la Constitución de ese nuevo Estado, que sin duda recogería los vínculos con territorios del exterior para forjar la Gran Cataluña como siguiente paso.
“Cataluña tendría una proyección mundial en el deporte”. Aunque después de disolver el Parlamento Artur Mas ha firmado con los clubes de fútbol de la comunidad autónoma un convenido de promoción exterior de Cataluña, según todos los dictámenes de las organizaciones deportivas mundiales, no es posible que Cataluña cuente con selección nacional de fútbol propia, ya que debe existir liga catalana. En ese caso, tanto el FC Barcelona como el RCD Espanyol deberían abandonar la Liga de Fútbol Española para tomar parte en una competición catalana con clubes de muy bajo nivel, lo que les perjudicaría en ingresos de taquilla, de televisión y de merchandising. No podrían permitirse mantener a las estrellas, perderían relevancia en el mundo y Cataluña carecería de la proyección mundial que Artur Mas promete. Es el fútbol de España quien se los proporciona.
Todas estas afirmaciones del candidato nacionalista forman parte de un rosario de argumentos que exhibe como axiomas. Sin embargo, se trata de teorías con pies de barro que se sostienen como la hojarasca de otoño que precede al frío invierno, un periodo inhóspito al que Artur Mas conduce a Cataluña chapoteando sobre el lodazal de la corrupción.

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No al golpe constitucional en Cataluña contra la Nación Española
 
 
 

En Cataluña, por un lado, está el nacional-socialismo-comunismo-verde-etc. catalán excluyente y de imposición-control político-lingüístico-mediático-educativo-intelectual-cultural-artístico-deportivo-social, con muy graves problemas económicos debido a su malgasto, malversación, corrupción, etc.. Por otro lado, el nacionalismo separatista de los Pujol, Mas, Duran, Junqueras, Maragall, Herrera, Montilla, Chacón, etc., (que han jurado o prometido cumplir y hacer cumplir la vigente Constitución española de 1978), de CiU, ERc, ICV, PSC-PSOE y demás, (iglesia nacionalista catalana, medios de comunicación y otras instancias catalanas dependientes de la financiación clientelar del Gobierno autónomo español catalán), en una peligrosísima huída hacia delante contraria al vigente Estado de derecho y al Imperio de la Ley que rigen en la nación española, están promoviendo, con una implacable y continua política nacionalista de marcados tintes totalitarios, gravísimamente creadora, fomentadora de chivos expiatorios, de enemigos perfectos a los que echarles todas las culpas, a los que culpar de los peores males para eludir las propias responsabilidades. Culpar de mentiras, engaños, abusos, chantajes, desinformaciones, contrainformaciones, manipulaciones, contaminaciones (la peor contaminación es la del alimento espiritual), odios, enfrentamientos, exclusiones y violencias.
Están promoviendo un inadmisible e ilegal golpe constitucional contra la Nación Española, su unidad, vigencia, lengua, historia, cultura, principales símbolos, tradiciones, etc. Están promoviendo un inadmisible e ilegal golpe constitucional:
En primer lugar, contra la Constitución Española. Veamos lo que dice al respecto la vigente Constitución española en su articulado.
Art. 1: La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.
Art. 2: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles.
Art. 3: El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Art. 8: Las Fuerzas Armadas tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.
Art. 9: Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución. La Constitución garantiza el principio de legalidad, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.
Art. 30: Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
Art. 93: Mediante la ley orgánica se podrá autorizar la celebración de tratados por los que se atribuya a una organización o institución internacional el ejercicio de competencias derivadas de la Constitución. Corresponde a las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del cumplimiento de estos tratados y de las resoluciones emanadas de los organismos internacionales o supranacionales titulares de la cesión.
Art. 94: La prestación del consentimiento del Estado para obligarse por medio de tratados o convenios requerirá la previa autorización de las Cortes Generales, en los siguientes casos: Tratados o convenios que afecten a la integridad territorial del Estado o a los derechos y deberes fundamentales establecidos en el Título I.
Art. 95: La celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional. El Gobierno o cualquiera de las Cámaras puede requerir al Tribunal Constitucional para que declare si existe o no esa contradicción.
Art. 123: El Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, es el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales.
Art. 124: El Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las funciones encomendadas a otros órganos, tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad. Art. 139: Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
Art. 149: El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias: 32ª Autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum.
Art. 150: El Estado podrá dictar leyes que establezcan los principios necesarios para armonizar las disposiciones normativas de las Comunidades Autónomas, aun en el caso de materias atribuidas a la competencia de éstas, cuando así lo exija el interés general.
Art. 155: Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución le imponga, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
En segundo lugar, contra la Constitución de la Unión Europea. Veamos los que dice al respecto la vigente Constitución de la Unión Europea en su articulado.
Titulo I: Definición y objetivos de la Unión.
1.1: La Unión ejercerá las competencias que los Estados miembros le atribuyan.
1.5: La Unión respetará la igualdad de los Estados miembros ante la Constitución, así como su identidad nacional, inherente a las estructuras constitucionales de éstos. Respetará las funciones esenciales del Estado, especialmente las que tienen por objeto garantizar su integridad territorial.
Titulo IX: De la pertenencia a la Unión.
Art. 57: Todo Estado europeo que desee ser miembro de la Unión dirigirá su solicitud al Consejo. Éste se pronunciará por unanimidad. Las condiciones y el procedimiento de admisión se establecerán por acuerdo entre los Estados miembros y el Estado candidato. Este acuerdo deberá ser sometido a ratificación por todos los Estados contratantes, de conformidad con sus respectivas normas constitucionales.
Y, en tercer lugar, contra una Cataluña constitucional, libre, abierta, integradora, desarrollada de juego limpio (dentro de la ley vigente en la comunidad autónoma española catalana que forma parte de la nación española como el resto de comunidades autónomas españolas), solidaria, profundamente humanitaria (siendo muy importante, para el enriquecimiento individual, familiar, social, humano, ético, moral y espiritual, el humanismo cristiano de juego limpio, junto a otros humanismos creyentes y no creyentes de juego limpio).

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